En el diagnóstico post mortem hay que distinguir principalmente dos aproximaciones diferentes. En la primera se trata de realizar necropsias de animales individuales fallecidas con el fin de la determinación de la causa de su muerte o del problema que sufrían.
En el segundo caso se trata de necropsias diagnósticas de varios individuos con el fin de averiguar la etiología de una problemática determinada en una población, bien del medio natural, bien de un sistema de producción. En este último es recomendable la selección, además de los especímenes ya fallecidos, de varios individuos vivos representativos de una población/producción y del problema que experiencia, para su eutanasia y posterior necropsia.
El estudio completo incluye caracterización lesional macroscópica a través del procedimiento de necropsia y el estudio histopatológico de los tejidos. De acuerdo al caso en particular puede ser necesario considerar estudios por imageneología, microbiología, virología, parasitología, toxicología, histoquímica, inmunodiagnóstico, patología molecular.